Refuerzo escolar en Brasil: soñando a lo grande

15 enero. Madrid. 

Me gusta mucho el proyecto, las cosas que no aprendí en la escuela las aprendo aquí

Bia, 7 años. 

El barrio de California (Brasil) está marcado por factores de riesgo vinculados al consumo y tráfico de drogas, lo cual aumenta la violencia y sensación de inseguridad. La infancia también está muy condicionada por estos factores, los cuales afectan a las dinámicas socio-familiares y a un abandono escolar temprano. Además, las consecuencias de la pandemia todavía están presentes en la falta de competencias adquiridas que, aun sin tenerlas, ha seguido pasando cursos.

El proyecto nace para ofrecer un refuerzo escolar en el que adquirir los conocimientos necesarios para poder seguir el ritmo escolar correspondiente.

Se ofrecen cuatro turnos de clase, diferenciando dos niveles por la mañana y dos niveles por la tarde y siempre se complementan las clases con un desayuno o merienda para cada grupo. El proyecto cuenta con profesoras contratadas y personas voluntarias que acuden semanalmente a ofrecer actividades deportivas, alfabetización o a acompañar las clases.

Una de las profesoras, Marlene, nos ha compartido su evaluación del primer año y la hemos traducido para que más personas podamos sentirnos parte de este proyecto que sigue soñando. 

“Ha sido una experiencia muy gratificante e importante para mi crecimiento profesional y personal.

        En el ámbito profesional, aprendí mucho al desarrollar trabajos de alfabetización en materias de portugués y matemáticas, con estudiantes con un gran déficit de aprendizaje que debido al trágico período pandémico, provocado por el Covid-19, quedaron sin orientación, siendo aprobados automáticamente. Fue un desafío único, pero también tuve una gran compañera de trabajo (Raila) y formamos una gran sociedad. Juntas apoyándonos unas a otras, el trabajo se desarrolló. Al principio tuvieron calificaciones rojas, en los primeros dos meses lograron recuperarse y los que no sabían leer ni escribir mostraron gran interés y comenzaron a leer.

        En mi crecimiento personal, tuve un cambio enorme en mi forma de ver la vida. Cada día que iba al proyecto me sentía importante sabiendo que allí conocería a niños y niñas que necesitaban mi cariño, atención y palabras de aliento. Su sonrisa, sus abrazos y sus ganas de aprender me contagiaron. Sin olvidar el cariño que recibí cada día de las Hermanas: Mercedes, Laura, Salete y Socorro, todas muy amables y acogedoras. Fue un año para mí en el que me volví útil e importante. Estoy inmensamente agradecida.”

Algunas madres también cuentan como ha sido este inicio: 

Queremos agradecer al Proyecto, que fue muy importante para nuestros hijos e hijas, y también para nosotras, las madres, por la acogida, la enseñanza, el aprendizaje, el amor, el cariño, la dedicación, vimos un gran desarrollo.

Este año, como novedad, se suman actividades dirigidas a las familias que en su mayoría son madres o abuelas. Junto con ellas y pensando en sus inquietudes se van a desarrollar talleres que les faciliten posibilidades formativas y laborales en el futuro.