Listas de cosas por comprar, de películas vistas, de ideas para regalar, de lugares visitados, de canciones favoritas, de tareas por hacer, amigas a las que llamar, de tartas de queso por probar, cursos por terminar…y de fondo, casi siempre, la sensación de llegar tarde: a una serie, a una noticia que se pasó por alto, a un libro del que la gente hablaba,… y esta sensación, ese justificarse por aún no haber visto, no haber leído, no haber estado…suena a justificación, a no llegar, a prisa e inevitablemente a “no me da la vida”. Porque el sistema nos hace sentir que tenemos que consumir más rápido, como si la vida caducara a cada rato o como si unos versos tan maravillosos como estos de Gloria Fuertes:

Digamos que hoy me levanté otoñal,
pero hablé un rato contigo
y ya tengo los bolsillos llenos de veranos.

fueran a desaparecer porque no los leíste a tiempo. Y no, la vida no caduca a cada rato, a lo mejor mañana escuchas una canción que en dos meses estarás oyendo en bucle, los brazos de tus amigos van a seguir floreciendo para darte la bienvenida…ojalá cuando pienses “no me da la vida” puedas cambiarlo por un “no me das la vida” gritado con rabia a este sistema salvaje que nos quiere en singular, solas y con prisa. Y ojalá también nos sepamos fuertes y atentas para, en lo que esté en nuestras manos,no generar más prisa y el desborde. La vida nos tiene que dar para todas las personas podamos vivir vidas anchas, felices y acompañadas…por eso es una suerte tenerte en este NIDO.