Uno de los mayores contaminantes que generamos en la cocina, si no lo gestionamos bien, es el aceite usado. Un litro de aceite puede contaminar 40.000 litros de agua, cantidad que se estima usamos cada persona en un año. Además, esos aceites combinados con detergentes y jabones de uso común producen innumerables problemas en las redes de saneamiento.
Cada vez en más poblaciones nos ofrecen la gestión de este residuo recogiendo en un contenedor próximo a nuestro domicilio o en el punto limpio, la botella de plástico que previamente hemos llenado con el aceite que nos ha ido sobrando en la cocina.
Pero también existe otra posibilidad. Ahora que llega el buen tiempo y si disponemos de una pequeña terraza o balcón podemos transformar el aceite usado que hemos acumilado en maravilloso jabón casero. De hecho, ya que nos ponemos, podemos recoger el aceite de las casas de nuestros amigos o familiares y devolverles unas pastillas de jabón artesano muy apreciado por los que saben lo que es bueno.
Es un proceso muy sencillo pero son fundamentales ciertas medidas de seguridad. Uno de los ingredientes es la sosa caustica (que se usa también como desatascador de tuberías) y puede producir quemaduras en la piel. Por eso hay que protegerse con gafas y guantes de goma además de llevar cubierta la piel de todo el cuerpo. Se hace en el exterior de la casa porque se producen gases nocivos. (Para más información ver la etiqueta de la sosa).
Dicho esto, lo demás es coser y cantar. Necesitamos un litro de agua, un litro de aceite y 200g de sosa caustica. La sosa se vende en supermercados y en droguerías. Pepa Tabero lo cuenta muy bien en su blog y lo acompaña de un vídeo estupendo. Es la receta que sigue mi madre y toda la familia tenemos un jabón que se puede usar para fregar, para sacar manchas rebeldes, para la lavadora (rallándolo antes), incluso para la higiene personal.
Cómo se hace el Jabón de Castilla. Por Pepa Tabero.
- INGREDIENTES:
1 litro de aceite de oliva (nuevo, o de la freidora bien filtrado)
1 litro de agua
200g de sosa cáustica en escamas
- MATERIALES:
Un barreño de plástico
Una paleta de madera
Molde no metálico (fiambrera de plástico, caja de madera, brik de leche cortado a lo ancho…)
Papel de periódico o de cocina
Protecciones (delantal, guantes, mascarilla…)
Vinagre (del barato)
- CÓMO SE HACE:
- Ponemos el agua en el barreño.
- En un lugar bien ventilado y desde lo más lejos que podamos (la distancia del brazo), volcamos “de una vez” la sosa cáustica en el agua. Suelta vapores tóxicos, así que hay que tener precaución. La reacción desprende mucho calor, así que esperamos un rato, hasta que deje de hervir.
- IMPORTANTE: Si en cualquier momento nos salpicase la preparación, lavar rápidamente la zona afectada con vinagre. Evitará la quemadura porque el vinagre neutraliza la mezcla.
- Cuando toquemos el barreño y esté caliente pero no queme, vamos poniendo el aceite poco a poco y vamos removiendo con la paleta en movimientos circulares, siempre en la misma dirección.
- Removemos hasta que quede el aceite bien integrado y la textura de la mezcla se vuelva espesa y amarilla pajiza, como la mayonesa.
- Volcamos la mezcla en el molde y dejamos reposar y endurecer hasta el día siguiente, en que lo cortaremos en pastillas del tamaño deseado; envolvemos de forma individual en papel de periódico o de cocina y dejamos en el trastero un mes madurando.
- Al cabo del mes ya se puede utilizar porque con el reposo la cáustica ha quedado totalmente neutralizada.
- Y aquí os dejo un video que he hecho con todo el proceso, para que veáis lo fácil que es, y os quede todo claro.
Si aceptamos el reto, además de evitar que nuestro aceite usado contamine el agua de nuestro entorno, obtendremos un jabón de alta calidad y reduciremos la compra de detergentes con sus respectivos envases. Si damos un pequeño paso más y hacemos jabón líquido con nuestro jabón de Castilla, podremos reciclar los envases de detergente, jabón de manos, etc. También encontramos un vídeo de Pepa Tabero enseñándonos cómo hacerlo.
Teresa