En un momento de crisis a nivel ambiental, político y social, donde los límites físicos del planeta están sobrepasados, hay una propuesta de decrecimiento que trata de acoplarnos a esos límites, de manera justa.

La economía productiva puede existir gracias a que existe una economía reproductiva que está invisibilizada y se mantiene dentro del ámbito privado además de estar profundamente feminizada.

La clave de la propuesta decrecentista es generar autonomía para satisfacer las necesidades básicas. 

En relación a la energía, habría que apostar por energías realmente renovables, que cuidasen todo el proceso: construidas con renovables, que hagan trabajo directo, con un funcionamiento ecosistémico y en las que se pueda ejercer un control comunitario. 

Cosecha honorable: plantea que no se debe esquilmar todo, sacar el máximo provecho, sino que hay que dejar algo para el resto, y para las generaciones futuras, permitiendo la regeneración. Se trata de maximizar la vida.

En relación a los materiales, la propuesta es adaptar la economía de los ecosistemas, que es verdaderamente circular. 

El modelo de turismo actual es una de los aspectos de nuestra economía que mayor impacto económico genera, pero también más precarización laboral y más contaminación. La alternativa sería reducir el turismo masivo, cercanía en los desplazamientos usando transporte público, hospedajes de baja gama…