Alternativas y uso responsable de las nuevas tecnologías

La única forma de llegar a poder leer esta entrada es moviéndonos un poco por internet… probablemente a través de redes sociales, alguien que nos haya pasado el enlace o utilizando algún buscador. Y cuando digo “algún buscador” es por no decir directamente “utilizando Google” (según la web de estadísticas statista.com más de un 90% de las personas que usan internet, utilizan Google como buscador).  Google se ha convertido en uno de nuestros grandes compañeros en el día a día (y en la segunda empresa más grande del mundo en 2018 solo por detrás de Apple de la mano de su empresa matriz Alphabet) y un “ente” al que facilitamos nuestras intimidades de manera casi continua. Cuando hablamos de Google, no es solo el famoso y sencillo buscador, sino que incluimos en el paquete servicios de mailing como Gmail, de ubicación como Google Maps (y su base de datos Google Earth), almacenamiento en la nube como Google Drive y manejo de archivos como Google Docs, navegadores web como Google Chorme, servicios de vídeos en streaming (YouTube), a lo que podemos sumar Google Calendar, Google Shopping, Chromecast, los móviles Pixel, Google Home… y una infinidad de servicios más para empresas, venta online, domótica…

Esto es respuesta al movimiento de globalización que nos empeñamos en potenciar a cada momento… pero no es respuesta a las necesidades que tenemos. Google es un compañero fiel que nos proporciona muchas facilidades, a cambio de poder mejorar servicios que giran en torno a nosotros y nosotras y que suponen un gran beneficio económico (tanto como para Google como para terceros) que se valen de esos datos personales, que cedemos voluntariamente, para poder proporcionarnos productos que se nos tornan “necesarios” y que están muy orientados a nuestras “necesidades” diarias.

Desde aquí os propongo intentar estar una semana (no me atrevo a decir un mes…) sin usar los servicios de Google… ¿qué de malo podría tener? ¿Se os ocurren alternativas? Voy a ver si puedo echaros un cable y daros alguna alternativa.

Google cuenta con, probablemente, el mejor motor de búsqueda que se ha diseñado hasta el momento. Pero tenemos alternativas con una potencia muy similar o que son más específicos para temas determinados. Si queremos probar un buscador potente y que respete nuestra intimidad, podemos probar con DuckDuckGo, un buscador que se enorgullece de no guardar información personal, no bombardearte con anuncios y que promete no rastrearte. Otra alternativa realmente interesante que no solo combina salirnos de la rueda del entorno Google, sino que tiene un gran compromiso verde con el planeta es Ecosia. Desde 2009 y tras más de 5 millones de hectáreas taladas por los humanos este siglo, Christian Kroll creó un buscador que contribuye a la reforestación sin que nos demos cuenta, destinando el 80% de sus beneficios a reforestar el planeta (actualmente llevan más de 52 millones de árboles plantados). Podemos pensar en buscadores específicos para vídeos, música, publicaciones científicas… pero eso sería motivo para otro post.

Google no solo se encarga de dar respuesta a preguntas de una manera rápida que, por otro lado, hace que no nos preocupemos en pensar, buscar o inferir posibilidades por nuestra cuenta… sino que se encarga de guardar nuestros más preciosos archivos en su infinita nube. Si no queremos llevar nuestro pendrive encima (alternativa realmente viable, que nos da más seguridad que la nube, más espacio de almacenamiento por menos coste… pero nos obliga a recordar que lo tenemos que llevar), podemos optar por servicios como la muy extendida DropBox o la, algo menos conocida aunque igualmente potente y con facilidad de manejo BOX.

Gran parte de nuestro tiempo de ocio también lo ponemos en mano del gigante americano a través de su plataforma de vídeo YouTube. Más allá de pensar que nuestro ocio puede estar alejado de una pantalla… podemos pensar en alternativas potentes a YouTube como Vimeo que cuenta ya con un gran número de seguidores y Metacafe  que está escalando mucho en los últimos años. ¡Ah! Y que no se me olvide recomendaros el uso de cualquiera de las zonas verdes que tenéis cerca de casa como lugar increíble donde poder pasar un tiempo de ocio, viendo imágenes que superan el 4K que ofrecen la mayoría de los servicios como límite superior, en pro de la imagen real… mucho más nítida, con colores más reales de lo que cualquier monitor 4k del mercado pueda ofrecer.

Para acabar y pensar también en las alternativas que tenemos sobre servicios de posicionamiento GPS como Google Maps que, por cierto, hacen que cada vez pensemos menos en cómo se organiza una ciudad, cómo se comunican sus diferentes espacios, dónde están los barrios, las principales vías de comunicación… y nos quedemos en manos de nuestros superinteligentes teléfonos, podemos encontrar alternativas como maps.me que es una alternativa realmente interesante ya que te permite descargar los mapas de cualquier sitio del planeta,  con sus lugares de interés incluidos, de forma gratuita. Lástima que Waze hay sido también adquirida por la gran Google… porque podría haber sido una buena alternativa (qué curioso que este gigante vaya comprando todo lo que destaca a su alrededor y le haga algo de sombra, ¿no?). Por último, hay una alternativa realmente potente que funciona en lugares sin cobertura, sin necesidad de descargar previamente los mapas y que hace que nuestro conocimiento sobre las carreteras y trayectos sea mucho mayor, mejorando, además, nuestra orientación y son esos callejeros y mapas en papel que hemos usado durante tantos años y que durante tanto tiempo hemos visto en los coches de nuestros padres y madres (o de nuestros abuelos y abuelas) y que hacían que los viajes fuesen mucho más apasionantes, investigando los lugares por los que pasabas, calculando los trayectos con antelación, esperando a ver esa carretera que tenía que aparecer por la derecha y girar por ella…

Las nuevas tecnologías nos han aportado muchas facilidades (que no tengo claro que demandásemos) y han hecho que nuestro mundo vaya siendo muy distinto. Depender de esas falsas facilidades hace que dejemos de aprender, de explorar, de pensar, de disfrutar, de vivenciar… ¿igual tenemos que ir cogiendo solo lo que realmente necesitemos? A ver si esta semana que os propongo puede servirnos para desconectar de lo que no necesitamos y conectar con otras sensaciones que teníamos olvidadas.

José María Calavia Balduz